Sobre el método

Las bases de Método Ingenium

Durante años hemos podido comprobar que, aunque muchos alumnos aprueben y pasen de curso, no todos aprenden de verdad los conocimientos que están estudiando.

Parece que la enseñanza se ha convertido en un trámite más donde los alumnos se capacitan para hacer exámenes, pero no adquieren la base y los conocimientos necesarios para que éstos permanezcan de forma sólida en el tiempo.

Aprender nos permite crecer como individuos, con ello adquirimos habilidades que nos hacen ser más competentes, adaptarnos y afrontar retos de diferente índole.

Cuanto más aprendemos más herramientas adquirimos para tomar decisiones tanto en el ámbito personal como en el académico, y ahí está la magia: todo conocimiento adquirido es extrapolable a casi cualquier área de la vida.

Por ello, es muy importante entender primero cómo aprendemos, qué sesgos arrastramos, que en ocasiones dificultan la labor de aprendizaje y cómo debemos afrontar los nuevos retos, sabiendo que el enfoque es similar tanto en el terreno académico como en el personal y que ambos pueden enriquecerse mutuamente.

escalera

En Método Ingenium somos conscientes de las carencias que pueden arrastrar los alumnos durante años en su base matemática y científica.

Con frecuencia (y por experiencia propia) encontramos alumnos de ciencias que llegan a la universidad sin saber, por ejemplo, integrar o derivar correctamente, algo fundamental a esos niveles académicos.

Por ello, tratamos de “poner a punto” la maquinaria necesaria en el alumno, cubriendo los “huecos” en el conocimiento que hayan podido arrastrar durante años, de forma que los alumnos vayan subiendo “escalón a escalón” y que el verdadero reto sea aprender conceptos cada vez más complejos, pero con menor dificultad gracias a una base amplia y sólida de la que partir.

De manera que con el tiempo sean cada vez más autónomos y capaces de resolver problemas de forma independiente.

Recibimos alumnos con inseguridades y mala base académica y los transformamos en alumnos con conocimientos sólidos capaces de enfrentar nuevos retos en la universidad de manera autónoma.

La memoria como base del aprendizaje

La memoria es el pilar fundamental del aprendizaje, ya que nos permite retener información y generar un “sustrato” al que arraigar conocimiento nuevo.

La mayoría de las estrategias de memorización consisten en vincular la información nueva con conocimientos previos. Por eso, es muy importante la base previa del alumno antes de enfrentarse a una asignatura.

En Método Ingenium tratamos de detectar las carencias que los alumnos puedan arrastrar de cursos pasados, para ir construyendo la “escalera” con todos sus peldaños, escalón a escalón. Por ello, y con el objetivo de prepararlos para que partan de una base sólida y así ir afianzando conocimiento nuevo, realizamos una prueba inicial consistente en una clase de 30 minutos para valorar el nivel del alumno.

Después, el alumno recibe una valoración con su plan de estudios y propuesta de grupo acorde al nivel de partida. Además, no habrá problema con que alumnos que vengan de institutos diferentes hayan empezado por partes diferentes del temario, de ahí que haya diferentes grupos, donde los alumnos coincidirán tanto en temario como en nivel.

De esa forma se hará el seguimiento de acuerdo con lo que van viendo en sus respectivos institutos.

memoria

Ascender en la escalera del conocimiento

Para construir esa <<escalera>>, diseñamos actividades que conduzcan a los alumnos a pensar sobre el objeto de aprendizaje, es decir, que les enseñe a localizar el “¿para qué?”. Pues, normalmente, avanzan en las lecciones sin tener realmente una visión de conjunto y sin saber hacia dónde se dirigen, lo que les genera sensación de desorientación y desmotivación.

Para abordar este problema, ponemos en práctica una herramienta fundamental: la evocación. Consiste en potenciar al alumno a que sea capaz de explicar con sus propias palabras lo aprendido.

exito

Tener la sensación de saber algo es muy diferente a poder explicarlo; si uno no es capaz de explicarlo, normalmente es porque no lo ha entendido, por ello tratamos de impulsar este enfoque: si no eres capaz de explicárselo a otro, probablemente no lo hayas entendido.

Esto puede resultar frustrante al principio, pero con la práctica convierte a un alumno en experto.

Explicar a otros

“Los estudiantes más exitosos recurren espontáneamente a la auto explicación con mucha frecuencia” (Chi et al.,1989).

Y, ¿cómo ponemos en práctica la evocación?

En Método Ingenium planteamos pruebas semanales 48 horas después de la clase que de manera autónoma el alumno deberá resolver. Es lo que llamamos “Clases Espejo”, dónde el alumno deberá ser capaz de reproducir por su cuenta la clase anterior para poder resolver un ejercicio relacionado con la materia vista.

Gracias a este ejercicio, cada alumno recibirá un seguimiento personalizado con el balance de cada uno de los bloques vistos del temario hasta la fecha, y al final de cada mes se les enviará el progreso durante dicho mes (clases a las que haya asistido, ejercicios entregados y clases de refuerzo*).

De esta forma se mantendrá un feedback alumno-profesor de manera constante.

Aplicar herramientas de control semanal sólo es posible mediante GRUPOS REDUCIDOS. Los alumnos no sufrirán la presión de la nota de un examen, sino que recibirán unas pautas descriptivas individuales, no numéricas, para aplicar pequeñas correcciones.

Convertir a un alumno en experto

Un concepto muy importante es la llamada memoria de trabajo, el espacio mental donde razonamos conscientemente y cuya capacidad está limitada a manejar unos pocos elementos de forma simultánea (H.R. Martín, 2021).

Aunque cada persona tiene una capacidad relativamente fija donde los genes juegan un papel importante (Ando et Al.,2001), cuanto más aprendemos sobre algo, más efectiva se vuelve nuestra memoria de trabajo en esa materia, haciendo que cada vez podamos manejar más información simultáneamente. Es decir, no es lo mismo memorizar las siguientes 14 letras: TRANSATLÁNTICO, que intentar memorizar las siguientes 14: RTAIANTCNSLTOÁ.

En el primer caso conocemos su significado y nuestra memoria de trabajo nos permite recordarla rápidamente, mientras que, en el segundo caso al carecer de significado, no podemos arraigarlas a conocimiento previo y va a ser más difícil memorizarlas.

En definitiva, “La mejor manera de optimizar la capacidad de la memoria de trabajo cuando realizamos una tarea concreta es obteniendo conocimientos significativos relacionados con dicha tarea” (H.R. Martín, 2021).

memoria de trabajo

Así, lo que ya está bien aprendido ocupa menos espacio en la memoria de trabajo y se convierte en apoyo para aprender lo siguiente. Por ello, no debemos pretender que los estudiantes aprendan muchas cosas nuevas de golpe; es importante dosificar y secuenciar el aprendizaje, lo que se conoce como andamiaje cognitivo.

En Método Ingenium tratamos de guiar a los alumnos en la identificación de patrones, secuenciando y dosificando los contenidos para no sobrecargar la memoria de trabajo y haciendo más sencillo aprender el siguiente concepto. Promoviendo así el aprendizaje significativo.

Además, les enseñamos a organizar y a planificar el tiempo disponible y las horas de estudio, fomentando su conciencia sobre la necesidad de realizar este paso antes de empezar a estudiar, es decir, realizamos una labor de orientación.

Les ayudamos a cultivar el grit, una mezcla entre perseverancia y motivación por alcanzar los objetivos en el largo plazo. Para ello les enseñamos técnicas de estudio y estrategias de metacognición (identificación de debilidades y fortalezas, elaboración de planes de estudio etc.) para conseguir que sean más eficaces.

alumno autónomo

El objetivo final es convertir al alumno en un estudiante eficaz y autónomo.

Aspectos socioemocionales en el aprendizaje

Es muy importante que el alumno acuda a clase motivado, y, si no es así, haremos lo posible porque encuentre la motivación. Esto suele ocurrir de manera natural después de unas cuantas clases, cuando el alumno empieza a ver posible no sólo el aprobado de la asignatura sino, la posibilidad de aprobar con buena nota.

En Método Ingenium sabemos el impacto que tienen los estados emocionales en los alumnos y por ello hemos estudiado cómo tratar de mejorar las expectativas y la autoeficacia en los estudiantes, lo cual tiene un efecto directo sobre el aprendizaje mejorando sus calificaciones.

Nuestro enfoque permite hacer un seguimiento personalizado desde el diagnóstico inicial, de manera que el alumno de forma individual vaya avanzando en el proceso y perciba esa evolución en primera persona. Algo que repercutirá de forma muy positiva en la motivación y retroalimentará el proceso de aprendizaje. Con ello enseñamos a los estudiantes que sus éxitos o fracasos dependen de variables controlables y flexibles como el esfuerzo, la dedicación o las diferentes estrategias de aprendizaje, con el objetivo de que atribuyan el éxito a factores que están en sus manos y no en causas fijas e incontrolables.

Hemos estudiado sobre cómo el cerebro aprende y cambia con la experiencia, y, lo que sabemos es que la práctica es más importante que el talento. A partir de cierta edad puede ser útil hablarles de la teoría de las mentalidades de Dweck; todos los estudiantes presentan ambas en mayor o menor proporción y se resumen en el siguiente cuadro:

Tabla

Teoría de mentalidades de Dweck

Objetivo del método

En Método Ingenium tratamos de hacer migrar a los alumnos desde una mentalidad fija a una mentalidad de crecimiento para transformar las dificultades que van encontrando en sus asignaturas en retos, y les hacemos ver que con esfuerzo todos los objetivos son alcanzables, aunque se parta de una mala base y de una mentalidad fija.

Objetivo cumplido
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